viernes, 11 de junio de 2010

SOBRE LA POBREZA

SOBRE LA POBREZA

Son muchas las personas y perspectivas en el mundo que hablan y han escrito sobre la pobreza, sin llegar a un acuerdo acerca de a qué se refieren exactamente. A pesar de poder tener una base común, las definiciones y concepciones sobre «la pobreza» son múltiples.

Pobreza no significa solamente no tener trabajo, o temer al futuro o vivir al día. Pobreza es también la ausencia de poder, de representación y de libertad. El principal objetivo de las políticas de desarrollo debería ser liberar a las personas de la pobreza, pero esto no es solamente un asunto de dinero o mercados, o educación y salud -aunque por supuesto son muy importantes- sino que es sobre el acceso de las personas a los recursos y sobre la posibilidad real de mejorar sus vidas.

Billones de personas viven con hambre, enfermedades y desesperación, en una pobreza que para una minoría privilegiada parece ser una parte inevitable y natural del paisaje geopolítico. Los jefes de Estado del mundo desarrollado reiteran sus compromisos de "erradicar la pobreza", pero aun no se vislumbra su voluntad de atacar sus causas sistémicas, sino más bien la voluntad de las elites corporativas y políticas de mantener el status quo.

Las instituciones multilaterales, empeñadas de forma abrumadora en políticas de "desarrollo", adhieren a estrategias de crecimiento neoliberales orientadas a las privatizaciones, acumulación de capital e inversiones. Estas instituciones, incluido el Banco Mundial, ignoran en forma persistente la evidencia de que ese crecimiento no alivia necesariamente la pobreza aunque sin embargo puede acrecentarla. Muchas organizaciones de la sociedad civil promueven programas de desarrollo social a pequeña escala en países empobrecidos, pero en la medida que las políticas económicas y sociales continúen favoreciendo una distribución de la riqueza desigual, la pobreza seguirá siendo una realidad para la mayoría de las personas en el mundo.

Las mediciones
Debido a la naturaleza altamente polémica de los estudios sobre la pobreza, algunos de los problemas planteados en mediciones internacionales son los mismos con los que se enfrentan los países cuando establecen líneas de pobreza nacionales. Si bien puede ser útil recurrir a medidas basadas en el ingreso, éstas resultan insuficientes en un contexto en que los conceptos de pobreza se tornan más complejos y menos unidimensionales. Actualmente existe amplio consenso con respecto a que el acceso a la salud y la educación es tan importante como el ingreso y que, en el futuro, estos consensos probablemente involucrarán el empoderamiento y la participación en la vida ciudadana.

Sin embargo, explícito o no, el hecho de realizar comparaciones internacionales de privación entre países requiere establecer varios criterios como puntos de partida. En particular, requiere resolver si es necesario, y también posible, establecer una línea de pobreza común contra la cual comparar a todos los países así como determinar las características de la misma.

El Banco Mundial (BM) ha planteado la conveniencia de realizar estas comparaciones con relación al consumo o ingreso y, en particular, ha fijado un umbral de un dólar diario por persona en paridad de poderes de compra de 1985. Uno de los cuestionamientos a esta línea de pobreza del BM es que se considera que difícilmente una línea de consumo básica mundial podría fijarse de esa forma cuando existe una enorme diversidad en las formas de lograr los requerimientos básicos calóricos y nutricionales en las diferentes partes del mundo o aún dentro de regiones. (1)

Amartya Sen (2), uno de los teóricos importantes en la conceptualización, operatividad y diseño de metodología para medición de pobreza y desarrollo humano, analizó que el progreso no puede medirse con los usuales productos brutos per cápita. Es necesario en cambio avanzar hacia una visión más amplia y real de qué son progreso y pobreza. Más que medir la pobreza por el nivel de ingresos que se perciben, Sen recomienda calcular lo que ese individuo puede lograr hacer con esos ingresos para desarrollarse, teniendo en cuenta que esos logros varían de un individuo a otro, de un lugar a otro.

Para Sen, la historia de las últimas décadas mostró que sin desarrollo social no hay desarrollo económico sostenido. Sus contribuciones fueron de gran utilidad para la elaboración del Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.

Los esfuerzos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se cristalizan en el Índice de Desarrollo Humano apuntan en el sentido de ampliar las dimensiones en las que evaluar el desempeño de los diferentes países.

Últimamente se han incluido también dimensiones no materiales o simbólicas al concepto de pobreza, como el manejo cada vez más necesario de varios códigos de modernidad entre los cuales: disposición analítica, capacidad de procesamiento
de información, habilidades de comunicación y de gestión con el fin de poder participar plenamente del mundo globalizado y adaptarse a las nuevas formas de trabajo y producción. Y, si la pobreza se define en términos de falta de bienestar o de recursos para optar por una buena calidad de vida, entonces se requiere poner atención en variables tales como disponibilidad de tiempo libre, seguridad ciudadana, resguardo respecto a la violencia pública y doméstica, protección ante situaciones catastróficas, etc. (3)

Percepciones de pobreza
Según Vandana Shiva (4), la pobreza percibida como tal desde una perspectiva cultural no necesita ser una pobreza material real: las economías de subsistencia que satisfacen las necesidades básicas mediante el autoaprovisionamiento no son pobres en el sentido carencial del término. Sin embargo, la ideología del desarrollo las declara pobres por no participar de forma predominante en la economía de mercado, y por no consumir bienes producidos en el mercado mundial y distribuidos por él, incluso aunque puedan estar satisfaciendo las mismas necesidades mediante mecanismos de autoaprovisionamiento.

Dos mitos económicos facilitan el separar dos procesos ligados íntimamente: el crecimiento de la opulencia y el crecimiento de la pobreza. En primer lugar, se ve el crecimiento sólo como crecimiento del capital. Lo que se deja de percibir es la destrucción de la naturaleza y de la economía de subsistencia de la gente que crea este crecimiento. Las dos "externalidades" del crecimiento creadas simultáneamente – la destrucción medioambiental y la creación de la pobreza – son vinculadas luego de forma incidental, no a los procesos de crecimiento, sino entre sí. Se afirma que la pobreza crea destrucción medioambiental. Y se ofrece la enfermedad como remedio: el crecimiento resolverá los problemas de la pobreza y la crisis medioambiental, a los que inicialmente dio lugar.

El segundo mito que separa la opulencia de la pobreza es suponer que si produces lo que consumes es que no produces. Ésta es la base en que se trazan los límites de la producción para las contabilidades nacionales que miden el crecimiento económico.

Ambos mitos contribuyen a la mistificación del crecimiento y del consumismo, pero también ocultan los procesos reales que crean la pobreza. La gente no muere por falta de ingresos. La gente muere por falta de acceso a los recursos.

Fuente: http://www.choike.org/

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